Esa es la primera pregunta que suelo recibir en redes sociales cuando recomiendo ver alguna película.
Y resulta que estoy hablando de un estreno de cine.
Lo entiendo, por supuesto. Los seres humanos somos cómodos y si podemos ver la película tumbados en el sofá y sin pagar la entrada, lo vamos a hacer.
El punto es que ver las películas en una sala cine te hace vivirlas más intensamente.
Vivir las películas y vivir la vida. Hay una frase del cineasta francés Francois Truffaut que dice justamente que el cine intensifica la vida, y que la vida intensifica el cine.
Yo creo en eso porque lo he vivido. Seguramente a ti te ha pasado más de una vez.
Te acuerdas cómo esa película te emocionó tan profundamente que cuando saliste de la sala el mundo y tú se sentían un poco distintos? Que algo en tu mirada sobre la realidad y sobre tus propia percepción parecía haber cambiado? A eso me refiero.
Ver las películas en pantalla grande y sala oscura contribuye a que tu conciencia se desarrolle. A que te percibas mejor a ti mismo, a que sientas tu emoción más a fondo, a que reflexiones con las situaciones y personajes que la película te presenta.
Es muy difícil que eso ocurra cuando ves una cinta en la tele de tu casa, lleno de interrupciones.
Vivimos en la época de las distracciones y lo que aporta también la sala de cine es la posibilidad de mantener nuestra concentración por al menos 2 horas. Un récord si piensas que el promedio de atención a un video en Instagram y Tik Tok no llega a los 8 segundos.
Concentrarnos, pensar, tomar conciencia. A todo eso nos ayuda ver las películas en cine.
Sí, yo también he visto 3 capítulos de “Baby Bandito” y me he entretenido. La serie está bien muy bien producida, la acción te mantiene atento y el guion te deja con la inquietud justa para que sigas viendo el siguiente capítulo. De eso se tratan las series, de captar tu atención con una historia atractiva, con muchos giros y un buen “cliffhanger” al término de cada episodio.
Yo te hablo de otra cosa. De entender que el cine es un espejo de ti igual que la vida. Y por eso nos ayuda a crecer internamente.
Sé que hoy no es lo más popular, y por eso lo reivindico y le dedico buena parte de mis contenidos en redes sociales y en mi Membresía, a la que te puedes suscribir. Este es el link Mi Membresía
Este es un grupo en el comparto contenidos exclusivos y enseño lo que he aprendido de cine durante 40 años. Te aseguro que lo pasamos muy bien.
“Oye René, y esa foto qué tiene que ver con este texto?”
En realidad, no tanto, salvo que pertenece a “Guerra fría” (2018), que es una bella película que está disponible en streaming (no en Netflix) y que siempre te cautivará más en una sala de cine.
La puse en este posteo porque hoy es el Día de San Valentín y esta película es un relato de amor, de pasión, de desamor, de distancia, y de los dolores que todo eso produce en nuestros corazones.
El cine y la vida, ya les digo, se parecen mucho más de lo que creemos.
No hay disfrute mayor para mí que ir al cine sola. Venimos de la misma escuela literalmente. Diagonal Paraguay, una edificio blanco y pequeño, en donde Truffaut y Godard nos sumergían a ver vida y cine entre 4 paredes. Cuánto crecíamos sin darnos cuenta. Saludos René.
No puedo estar más de acuerdo. Una buena película en una sala de cine, no se compara con Netflix.