El horror de Manson visto por el gran Errol Morris
Llegó a Netflix el documental "Caos: Los crímenes de Manson"
Te cuento que este documental se ve con un escalofrío.
En agosto de 1969, los crímenes de Charles Manson y su “familia” estremecieron a Estados Unidos y al mundo. Fueron asesinatos espantosos, como el de la actriz Sharon Tate, y tiñeron de sangre el fin de una década en que parecía que una juventud soñadora y empoderada iba a cambiar el curso de la Humanidad.
Estos hechos ocurridos en Los Angeles, California, en pleno verano, terminaron violentamente con la utopía de “paz y amor” y revelaron fracturas apenas percibidas en la sociedad estadounidense, como que había muchas mujeres jóvenes, incluso menores de edad, que huían de sus casas y se unían a sectas como la “family” que lideraba Manson.
Las conexiones culturales de los crímenes son sorprendentes, como la distorsionada inspiración que Manson dijo encontrar en las canciones “Piggies” y “Helter Skleter” del Álbum Blanco de The Beatles, y los lazos que el mismo Manson (que tenía una incipiente carrera como cantautor) llegó a establecer con Dennis Wilson, el baterista de los Beach Boys, y que incluyó fiestas donde no faltó nada.
Aparte de la crueldad de los asesinatos, lo que siempre impactó a la opinión pública fue la frialdad con que los jóvenes integrantes de la “familia” cometieron estos crímenes. Era como si no tuvieran conciencia de lo que hacían, y carecieran totalmente de remordimientos. Era como si actuaron bajo un hechizo diabólico o una extraña hipnosis.
Esta sospecha de otro tipo de manipulación mental motivó al experimentado y premiado documentalista Errol Morris a realizar el documental “Caos: Los crímenes de Manson”, que ya está disponible en Netflix.
Para este filme, Morris se basa en el libro de Tom O’Neill titulado “Chaos: Charles Manson, the CIA, and the Secret History of the Sixties”, en el cual vincula estos asesinatos brutales con eventuales experimentos de control mental que habrían realizado los organismos de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos con ácido lisérgico, LSD, durante los años 60.
Charles Manson usó estas técnicas para dominar la mente y la voluntad de sus seguidores, y así luego conducirlos a matar sin escrúpulos? Con qué fin? Quiénes estaban detrás de esa maquinación? Sobre esas preguntas, Morris -que es un maestro del cine documental- levanta un relato apasionante y de alto impacto, estructurado como una detallada investigación policial que te mantiene al borde del asiento durante 96 minutos.
Eran tiempos de Guerra Fría y se hablaba a menudo de los “lavados de cerebro” que tenían lugar detrás de la Cortina de Hierro. Pero, existían también en este hemisferio y dentro de California?
Morris desarrolla muchas conexiones intrigantes, como las que comenté más arriba, y confirma un dato que está incluido en la estupenda película de Quentin Tarantino “Érase una vez en Hollywood” (2019): Que los miembros de la secta de Manson se equivocaron de casa. O más precisamente, que buscaban asesinar a alguien que se había mudado de esa residencia de Cielo Drive y que ese agosto de 1969 infortunadamente habitaba Sharon Tate, embarazada esposa del director Roman Polanski.
Al revisar las fotos reales de la “familia” y el destartalado rancho donde vivían, sorprende también la exactitud con que Tarantino recreó el lugar, en una secuencia de puro terror en la que Cliff Booth (el personaje de Brad Pitt) se adentra hasta la casa del fondo, donde encuentra a un conocido en muy malas condiciones.
En mi canal de Youtube tengo un muy completo video sobre esta película de Tarantino. Para verlo, haz click aquí Análisis de "Érase una vez en Hollywood"
Todos los detalles acerca de la secta de Charles Manson son impresionantes hasta hoy, 56 años después. Y Errol Morris, realizador de documentales esenciales como “TheThin Blue Line” (1988), suscribe la tesis de la experimentación con LSD de parte de organismos gubernamentales, algo que ya había desarrollado en su anterior serie para Netflix, “Wormwood”, (2017) que es muy buena.
Es decir, ese ácido lisérgico que el profesor universitario y psicólogo Timothy Leary proclamaba como un camino al autoconocimiento y la liberación del ser, era el mismo instrumento con que Manson controlaba mentes y las llevaba a matar a sangre fría, sin compasión mientras The Mamas and The Papas cantaban “California Dreamin”. Cara y sello de una década convulsionada en que los cimientos de las sociedades occidentales tambalearon hasta el límite.
Viste ya este documental o ahora lo vas a ver? Envíame tus comentarios, y los leo.
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